viernes, 31 de agosto de 2012

Dos años después

Existieron dos años en los cuales mi vida dependía de 11 medicamentos diarios.

A veces la vida puede ser tan frágil y nosotros creer que la tenemos comprada, que vamos a morir viejitos por alguna enfermedad.

Mi familia y amigos me dicen lo orgullosos que están de mí, por superar mi enfermedad y curarme. Les agradezco mucho su apoyo, pero yo no le veo nada de extraordinario. Y no es que me la pegue de modesta. No tenía otra opción. Debía de seguir un tratamiento para curarme. Para seguir viviendo. Era vivir o vivir, pues morir aún no estaba en mis planes.

No le agradezco a Dios haberme curado. En todo caso, si lo ponemos en esa linea de razonamiento, Él también me mandó la enfermedad, a fin de cuentas. Le agradezco, por tanto, haberme enseñado tantas cosas con lo que sucedió. A enseñarme mi sentido de vida.

Yo pude haber elegido no tomar las pastillas. Pude haber elegido la muerte. Pero más allá de las reacciones ajenas, de que otros sufrirían quizás, me provocaba seguir viviendo.

Quería demostrarle a esos microorganismos de mierda que con mis pulmones y mi cuerpo nadie se mete
Quería ganarles la guerra
Quería sentir el abrazo de mi madre un día más
Quería ver jugar a mi padre con sus nietos
Quería viajar y conocer el mundo
Quería aprender de música
Quería ayudar a otros a través de mi profesión

Deseaba tantas cosas que veía inútil y estúpido retroceder. Ahora pienso que la vida debería ser una preparación para la muerte, pues cuando la sientes cerca, es recién cuando te das cuenta que aún hay tiempo para curar heridas, perdonar, amar, rectificar errores... y vivir a plenitud.

Y no temes más a la muerte, pues la pasaste tan bien viviendo que ya es tiempo de descansar.

Ahora no concibo ponerme triste por huevadas. Carajo, qué corta puede ser la vida como para desperdiciar un día, semanas, meses o años hundiéndonos en un mismo hoyo.

Ver hacia atrás para mi es ahora como ver una película: recordar los pinchazos, los hospitales, médicos inhumanos, la mascarilla, el estigma social. Es como ser el propio héroe de tu pela.

La felicidad no debería ser sinónimo de "ausencia de problemas". Mi felicidad empezó a forjarse el día que me dijeron que recaí con TBC, cuando me eché en mi cama llorando y sintiéndome la persona más desgraciada del mundo. Jamás olvidaré ese instante. Pero sirvió al final para reflexionar sobre mi vida, saber quien y cómo soy, conocer la verdad...

Ahora me declaro locamente feliz, viviendo a plenitud y confiando en el hoy y mi futuro.

2.15am.


viernes, 24 de agosto de 2012

Un poco de melomanía...


"Cuando uno ama realmente algo, generalmente si se está seguro de aquello, debería amar la totalidad de eso"

¿A ver un ejemplo?  me pregunté

- El amor a la Música – respondí automáticamente.

Al principio me asusté por analizar un amor de este tipo, no debería ser “normal” (para el resto) que sea primero hacia una persona. Pero claro que sí, el amor a mis padres es lo primero que me viene a la mente, pero creo que escogí a la Música por tratarse de algo quizá más analizable que las relaciones humanas.

Antes de empezar, me gustaría aclarar en palabras comunes que no es que quiera MÁS a la Música o Arte que a otro ser humano, son dos clases se sentimientos tan iguales como diferentes a la vez. Se podría decir que amo tanto a la Música como a mi familia y amigos.

Bueno, para no seguir revoloteando, aquí va algo de lo que surgió de mis “tardes filosóficas” saliendo del trabajo. Es una de las pinceladas mentales del dia de hoy, A day in the Life.

Yo no puedo amar una parte de e ignorar su todo, ergo, no estoy amando. ¿Como le puedo decir a alguien “Yo amo tu oreja” y el resto que va?. Ejemplo demasiado simplista creo. Por eso recurrí (como siempre) a la Música.

Definir a la Música en términos de arte, métrica y estética está demasiado versado, así que lo dejaré de lado. Más allá de ser un tipo de Arte, es algo tan subjetivo y humano que puede encandilar y hacer sentir a uno más vivo. Por eso no concibo a la gente cuando entre sus “hobbys” coloca: escuchar música. Yo creo que la música no se escucha. Eso vendría a ser lo que señalaba hace un rato de la parte de. Claro, cualquiera puede escuchar música pero escuchar implica abrir todos tus sentidos hacia ella. Es sentirla con el corazón, jugar con la emoción humana, descifrar códigos lingüísticos diferentes (en la música no instrumental) es la delicia y sutileza de interpretar alguna pieza musical si te da la gana o no. La Música es de aquellos misterios de la vida (o Vida, per se) que jamás llegan a llenarse con palabras (Tan vagas como las que puedo expresar en este momento).

Por otro lado, se dice que el amor es recíproco. Es cierto, la música no es tangible, objetiva, por así decirlo, pero puede abrazarme en una noche fría y oscura, embellecer algún instante de mi vida y hacerlo eternidad, es capaz de llevarme al pasado y al futuro, de conmoverme casi de la nada. Si algo “le entrego” sería el tiempo que puedo dedicar buscando nuevos sonidos y/o produciendo los míos. Es pasión, vida y muerte, todo en una sola nota, acorde, tiempo, ritmo…

Alguien se rió una vez de mí (y tengo el recuerdo tan fresco en mi memoria) cuando me preguntó: ¿Por qué te gusta tanto la música?

- Porque es vida, pasión… lo es todo. Fue algo que me rescató (sonará muy drama queen pero así lo siento) en un momento muy turbulento de mi vida – sentencié, emocionada a mil, jamás me habían hecho la pregunta que tanto esperaba responder.

- Qué rara que eres – fue su único comentario y se alejó…

En otras circunstancias, quizá me hubiera disgustado o puesto triste dicho comentario, pues se trababa de una persona a la cual valoro mucho. Sencillamente me desconcerté ligeramente, pero algo dentro de mí sonrió y me sentí tranquila. Si hablamos en términos de “rarezas” pues es RARO que no te gusten Los Beatles o no encuentres belleza en una sinfonía de Liszt. Si no te gusta, es porque no los conoces bien, si los conoces y aun asi no te gusta, aunque sea un poquito, pues eres una ANORMAL en términos tan socialmente trillados.

Todo es perspectiva, como diría la Gestalt. A mí me pueden decir rara en ocasiones, pero lejos de sentirme ofendida, me siento única y diferente. Por tanto, desde ese momento lo agradezco. Oh, lo normal es tan aburrido como escuchar Ritmo Romántica todas las mañanas, de lunes a viernes, durante muchos años...

Bueno ya hice mi catarsis y mi autoterapia reviviendo traumas del pasado. Se agradece la paciencia.

15 frases de músicos célebres

Fuente: Culturizando (culturizando.com)

"No es necesario que se entienda completamente lo que hago, la reacción emocional es lo único que cuenta."
John Coltrane

"Aquí en Argentina, hay demasiada seriedad. Todos quieren ser 'profesionales' y se olvidan que el rock es una locura y que los que hacen rock están todos locos."
Luca Prodan

"Sin música para decorarlo, el tiempo es solo un puñado de aburridos plazos límite de producción o fechas en las cuales deben pagarse las cuentas."
Frank Zappa

"Pasarse el tiempo tocando escalas con rapidez es bastante fácil. Es mucho más difícil bajar la velocidad y simplemente sostener una nota."
Ritchie Blackmore

"No es culto en música aquel quien distingue todas las notas sino aquel quien sabe apreciarlas y darles su significado."
Josep Oriol López Bosch

"La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor."
Kurt Cobain

"Nadie es libre. Hasta los pájaros están encadenados al cielo."
Bob Dylan

"Michael Jackson es natural. Trabaja mucho y es un monstruo escénico. Pero lo más importante, es un verdadero ser humano."
Stevie Wonder

"Cuando cumpla 33 años, me retiro. Ese es el momento en que el que un hombre tiene que dedicarse a otras cosas. No quiero ser una estrella de rock durante toda mi vida."
Mick Jagger

"En el escenario le hago el amor a 25000 personas diferentes. Luego me voy sola a casa."
Janis Joplin

"Cuando era Beatle, cada año parecían veinte años."
George Harrison

"Aprender música leyendo es como hacer el amor por correo."
Luciano Pavarotti

"La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz."
Claude Debussy

"Tan solo estaba explorando los límites de la realidad. Tenía curiosidad por ver qué pasaría. Eso era todo: simple curiosidad."
Jim Morrison

"La historia de la vida es más rápida que un abrir y cerrar de ojos. La historia del amor es hola y un adiós. Hasta que uno se encuentra de nuevo."
Jimi Hendrix


sábado, 18 de agosto de 2012

Informe del Prisionero No.119.104

Pensar en el sentido de nuestras vidas suena como una consigna mística y hasta cursi. Inclusive lo fue para mí por muchos años, en lo cuales la sociedad solo nos enseña a memorizar información y reproducirla, puesto que hablar de sueños y metas en la vida parece ser un desperdicio. No, "Tú has nacido bajo un sistema económico-social, al cual estás encadenado y poco importan tus anhelos y deseos". Para nadie es un secreto que el mundo se ha deshumanizado poco a poco, somos un engranaje más, un puesto, una calificación, un diagnóstico...

De esto y otras cuestiones psicológicas y filosóficas habla El Hombre en Búsqueda de Sentido, un libro escrito en 1946 por el doctor vienés Viktor Frankl. El título que he colocado es un subtítulo de los capítulos del libro. Frankl pensaba titular así a su ensayo psicológico, que va más allá de un análisis psicológico de las vivencias de un prisionero de un campo de concentración nazi. Quizá el nombre en español si suene un poco como libro de Autoayuda (Yo siendo Frankl le hubiera puesto "Informe del prisionero...") aunque su título original es: Trotzdem Ja zum Leben sagen. Ein Psychologe erlebt das Konzentrationslager, que traducido significa algo así como "Decirle si a la vida, un psicólogo sobrevive en un Campo de Concentración". (Recuerdo algo del Alemán que me enseñaron hace muchos años, nada de Google Translator :D)

El libro te cautiva desde el principio, mostrando la naturaleza humana y el sufrimiento bajo las experiencias de un prisionero común del Holocausto. Frankl tuvo la opción de huir con su familia del dominio nazi, pero no lo hizo, aceptando su destino. Viviendo en condiciones infrahumanas, donde los miembros de las SS le habían arrancado a su familia (su esposa e hijos murieron en Auschwitz), su nombre, sus pertenencias y prácticamente "todo", él siente que existe algo que no le pueden quitar: su libertad de decidir vivir con dignidad. Aferrándose a la vida es como logra sobrevivir durante casi 3 años de vida en el campo. Sus meditaciones existencialistas nos brindan una visión esperanzadora, de cómo el hombre puede sobreponerse a las adversidades y despojarse de "sentidos de vida" superfluos y materiales. Ese sentido de vida, dice Frankl, se puede alcanzar de tres maneras: 1) Realizando una acción 2) Por el sufrimiento o 3) teniendo algún principio. El primero es obvio, mientras que los siguientes merecen ser más analizados.

El sufrimiento no debe ser visto como algo negativo, sino más bien como un indicador de algún vacío existencial en el ser humano. El dolor sigue siendo la más grande prueba de que estamos vivos, no en un sentido masoquista, sino de reflexión y búsqueda de la verdad. Frankl cita a Nietzche: "quien tiene un porqué vivir, siempre encontrará el cómo". Cada vez que el ser humano pasa por alguna situación adversa, tiene la posibilidad de replantear su sentido de vida, de encontrar caminos para su supervivencia. "El sufrimiento deja de serlo en el momento en que el hombre encuentra un sentido", sentencia el autor en las últimas páginas de su libro. 

Respecto a vivir bajo un principio, existen diversos motivos por los cuales luchamos o perseguimos un ideal: justicia, libertad, felicidad... Frankl explica como todos pueden ser resumidos bajo un solo principio: El amor. Nadie puede conocer la esencia de algo o alguien si no ama. Bien lo dice Cerati en Primavera 0: "La verdad es que nadie vive sin amor". El amor nutre nuestra vida: el amor a uno mismo, a alguien (recordar el rostro de su mujer salvó la vida de Frankl en muchas ocasiones, sin importarle si ella vivía aún o no), a la naturaleza, al arte... hay tantas maneras de encontrar un sentido de vida, mediante el cual podemos trascender e ir más allá de la muerte. 

Actualmente vemos cómo nuestra sociedad vive estresada, angustiada y deprimida, muchas veces por no alcanzar las expectativas de los otros, viviendo con autoeñganos y del pasado. La felicidad parece convertirse en algo abstracto y nos mecanizamos en vivir el hoy pensando en el futuro. Nuevamente citando a Cerati en Magia: "Nada me importa más que hacer el recorrido, más que saber a donde voy". 

Más allá de recomendarlo, yo obligaría a todo el mundo a leer este libro. Sea que estés deprimido/a o no, es una lectura conmovedora e interesante, como me mencionaba un amigo: "Es como ver una película en tu cabeza, imaginando a un judío conviviendo con el hambre y la humillación..." La esencia de un buen libro es esa, llegar directamente a tu corazón. No se necesita saber mucho de Psicología, ni del Holocausto para poder entenderla. 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto... (V. Parra)